
La compañía de Jesús señaló que no se soluciona el problema estructural de violencia que vive la Sierra Tarahumara.
En comunicado difundido ayer en redes sociales, la Compañía de Jesús, a la que pertenecían los dos sacerdotes asesinados por José Noriel Portillo Gil “El Chueco”, señalaron que esperarán los resultados periciales que confirmen si se trata de esta persona el cadáver encontrado en Choix, Sinaloa, sin embargo, los jesuitas dejaron claro que esto no puede considerarse como un triunfo de la justicia.
El hecho de que Portillo Gil alias “El Chueco”, señalado como el responsable de la muerte de los sacerdotes y un guía de turistas en la comunidad Cerocahui de Chihuahua, haya aparecido muerto, señala la violencia que vive el país y, “la ausencia de un proceso legal conforme a derecho con relación a los homicidios implicaría un fracaso del Estado mexicano”.
El documento agrega que, desde su perspectiva de fe, la orden religiosa lamenta el fallecimiento de la persona cuyo cuerpo fue encontrado en Sinaloa, “como lamentamos todas y cada una de las vidas segadas por la violencia que impera en el país. Rechazamos la difusión de imágenes sobre el hallazgo”.
Los jesuitas hicieron un llamado a que las autoridades “cumplan a cabalidad las medidas cautelares ordenadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), instaladas apenas la semana pasada, para construir condiciones de seguridad de la región” y aseguraron que continuarán trabajando en la Sierra Tarahumara y otras regiones del país, “para que haya paz, justicia, derechos humanos y reconstrucción del tejido social”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador informó del hallazgo de una persona ejecutada, con las características de Portillo Gil, mientras que la Fiscalía de Chihuahua señaló que una hermana había identificado el cuerpo, pero están en proceso los exámenes de ADN que autentifiquen que se trata de “El Chueco”.
