Erasmo Catarino: De "La Academia" al Senado - ZMG Noticias

Erasmo Catarino: De «La Academia» al Senado, La manzanita ya no cuelga de la ramita, ahora está en el Senado de la República en un salto que cuestiona la política mexicana y el uso de figuras de la farándula.

 

En la Sesión de pleno de este jueves 26 de junio de 2025, Erasmo Catarino González Delgado, conocido por ganar la cuarta generación del reality show La Academia en 2005, rindió protesta como senador suplente del Partido Verde Ecologista de México en sustitución de Luis Armando Melgar Bravo, quien solicitó licencia lo que resta del mes de junio.

Este nombramiento, aunque temporal, ha desatado una ola de críticas y reflexiones sobre la seriedad del sistema político mexicano, donde la fama parece pesar más que la preparación para ocupar cargos de alta responsabilidad.

Catarino, indígena náhuatl originario de Xalpatláhuac, Guerrero, y maestro de primaria bilingüe, se ganó el cariño del público hace dos décadas con su voz y carisma interpretando temas como La Manzanita. Sin embargo, su incursión en el Senado, aunque breve, pone en evidencia una práctica recurrente en México: el uso de figuras mediáticas para captar atención pública, sin garantizar experiencia o conocimiento en los complejos temas legislativos que enfrentará.

Erasmo Catarino participará en votaciones clave, como la Ley del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia en Seguridad Pública y reformas en materia de desaparición forzada, telecomunicaciones y Guardia Nacional, decisiones que requieren un entendimiento profundo de las implicaciones legales y sociales.

El nombramiento de Catarino no es un caso aislado. La designación de celebridades en cargos públicos ha sido una estrategia común de partidos como el PVEM, que en 2024 lo registró como suplente en Chiapas, a pesar de ser originario de Guerrero, lo que generó controversia en sectores de la iniciativa privada chiapaneca.

Esta decisión refleja un sistema político que, en lugar de priorizar perfiles con trayectorias sólidas en la función pública, apuesta por el impacto mediático para conectar con la ciudadanía. Como señala un análisis, «el caso de Catarino refleja una constante en el sistema político mexicano: la utilización de figuras mediáticas como herramienta simbólica o distractora».

Si bien Catarino cuenta con una licenciatura en Educación Primaria y una trayectoria respetable como docente y defensor de las tradiciones indígenas, su falta de experiencia en el ámbito legislativo plantea dudas sobre su capacidad para contribuir significativamente en un periodo tan breve.

En redes sociales, usuarios cuestionaron la idoneidad de Catarino, señalando que «sin ninguna experiencia ni conocimiento en los temas, votará leyes sobre desaparición de personas y telecomunicaciones». Esta crítica resuena con un sector de la población que ve en estas designaciones un reflejo de la improvisación en la política mexicana, donde el espectáculo parece imponerse sobre la competencia.

El breve paso de Erasmo Catarino por el Senado, aunque simbólico, invita a una reflexión más profunda: ¿hasta cuándo los partidos políticos seguirán utilizando la popularidad como atajo para llenar curules, en lugar de fortalecer la profesionalización de la política? Mientras México enfrenta retos legislativos cruciales, la presencia de figuras como Catarino en el Senado, más allá de su carisma y origen humilde, pone en tela de juicio la seriedad con la que se aborda la representación popular.

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