Las recientes declaraciones de Donald Trump, en las que asegura que México “hace lo que le decimos que haga” en materia de seguridad fronteriza, reavivan el debate sobre la soberanía y la relación bilateral.
Las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han encendido la polémica en México. Este jueves, desde el Despacho Oval, el mandatario estadounidense afirmó sin titubeos que “México hace lo que le decimos que haga, y Canadá hace lo que le decimos que haga” cuando se trata de seguridad fronteriza, adjudicándose el mérito de haber “resuelto” este problema por sí mismo.
Trump no solo presumió de su supuesto plan para erradicar la delincuencia, sino que también aprovechó para atacar al expresidente Joe Biden y contrastar lo que considera un “milagro” logrado desde su regreso a la Casa Blanca el pasado mes de enero.
El momento y el contexto de estas declaraciones no son menores. Apenas horas antes, México había extraditado a Estados Unidos a 26 líderes del narcotráfico encarcelados en territorio nacional, a solicitud del Departamento de Justicia estadounidense. A esto se suma la reciente controversia por el vuelo de un dron estadounidense sobre espacio aéreo mexicano, hecho que ha desatado críticas por la aparente inacción del gobierno mexicano ante una clara intromisión.
La pregunta es inevitable: ¿dónde queda la soberanía nacional cuando el jefe de Estado de otro país se jacta abiertamente de dictar las acciones de México? Para analistas, estas expresiones no solo evidencian una relación bilateral asimétrica, sino que ponen en entredicho la capacidad del gobierno mexicano para actuar con independencia en asuntos de seguridad y política exterior.
Más allá de la retórica, las palabras de Trump reflejan una realidad incómoda: la línea que separa la cooperación internacional del sometimiento parece, hoy más que nunca, peligrosamente delgada.