Monseñor Engelberto Polino Sánchez es el nuevo Obispo de Tepic

Monseñor Engelberto Polino Sánchez es el nuevo Obispo de Tepic, quien se desempeñaba como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Guadalajara recibió este nombramiento por el Papa León XIV. 

El Papa León XIV ha nombrado a Monseñor Engelberto Polino Sánchez como el IX Obispo de la Diócesis de Tepic, en sustitución de Monseñor Luis Artemio Flores Calzada, quien presentó su renuncia al alcanzar la edad de 75 años, conforme a las disposiciones del Código de Derecho Canónico.

Monseñor Polino Sánchez, nacido el 14 de marzo de 1966 en Teuchitlán, Jalisco, se desempeñaba como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Guadalajara y obispo titular de Vazari Didda desde 2018.

Fue ordenado sacerdote en 1997, cuenta con una amplia trayectoria en la Arquidiócesis de Guadalajara, donde ha sido vicario parroquial, párroco, decano suplente y coordinador de Pastoral Social. Desde 2021, preside la Comisión Episcopal para la Pastoral Social de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

La Diócesis de Tepic, que abarca el estado de Nayarit, recibe con esperanza a su nuevo pastor, cuya experiencia se espera fortalezca la misión evangelizadora y el compromiso social de la Iglesia local.

La fecha de su toma de posesión será el próximo 31 de octubre en Tepic, a las 12 del mediodia. El nombramiento de un obispo en la Iglesia Católica es un proceso riguroso coordinado por la Santa Sede. Generalmente, inicia con la identificación de candidatos idóneos por parte del nuncio apostólico, quien consulta a obispos, sacerdotes y laicos en la región.

Los candidatos, usualmente sacerdotes con experiencia pastoral y formación teológica, son evaluados por sus cualidades espirituales, liderazgo y compromiso con la Iglesia.

La Congregación para los Obispos en el Vaticano analiza las recomendaciones y elabora una terna de candidatos, que se presenta al Papa.

Este, tras un discernimiento, toma la decisión final y nombra al obispo, quien asume la responsabilidad de liderar la diócesis en lo espiritual, administrativo y pastoral, en comunión con el Papa y los demás obispos.

El proceso garantiza que el elegido esté capacitado para guiar a la comunidad diocesana según las necesidades locales y la misión universal de la Iglesia.