
El gobierno de Sheinbaum plantea legalizar el despojo, el invasor le pagaría al gobierno para que éste lo considere dueño de la vivienda y le dé escrituras mientras que el auténtico dueño lo pierde todo en otra «ocurrencia del bienestar.
Octavio Romero, director del Infonavit, informó que por instrucciones de la presidenta Sheinbaum, se buscará que las personas que ocupen viviendas «deshabitadas» puedan adquirirlas a un precio «muy económico».
Esta propuesta ha generado críticas y desinformación, especialmente en redes sociales, donde se ha interpretado como una medida que legaliza el despojo premiando a los invasores y castigando al propietario legal de la vivienda.
Si bien , la iniciativa parece estar dirigida a regularizar viviendas abandonadas o deshabitadas, que en muchos casos son propiedad del Infonavit debido a deudas impagadas o falta de ocupación. El objetivo sería permitir que estas propiedades sean adquiridas legalmente por personas que ya las ocupan, a un costo accesible, como parte del programa de vivienda de Sheinbaum, que busca construir y regularizar un millón de viviendas en seis años.
Está nueva «ocurrencia del bienestar» premia a delincuentes, pues estas casas tienen dueños legítimos y esta propuesta del gobierno de Morena no hace otra cosa más que vulnerar a la propiedad privada.
La Cuarta Transformación beneficiaria a los ocupantes ilegales sin un proceso que proteja a los propietarios originales. Esta propuesta es una afrenta a la legalidad.
Hasta ahora, no se ha publicado un plan detallado que explique cómo se identificarían las viviendas «deshabitadas», cómo se garantizaría que no hay dueños con derechos legítimos, o qué mecanismos legales se seguirían. Esto ha dejado espacio para especulaciones y críticas.
Si no se implementa con transparencia, la medida podría percibirse como una validación de ocupaciones ilegales, afectando la confianza en el estado de derecho. Es crucial que el gobierno de Claudia Sheinbaum defina cómo protegerá los derechos de los propietarios originales.
La propuesta parece alinearse con el enfoque de Sheinbaum de abordar la desigualdad social y el acceso a la vivienda, un problema estructural en México. Regularizar viviendas abandonadas podría ser una estrategia para reducir el déficit habitacional, pero la falta de comunicación clara ha generado confusión.
