
Sheinbaum justifica a Trump sobre control de México, luego de que el presidente de Estados Unidos señalará que México y Canadá “hacen lo que les decimos” en materia de seguridad fronteriza, Claudia Sheinbaum dijo «es que así es su forma de hablar»
Durante la conferencia matutina de este viernes, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió a las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien afirmó que México y Canadá “hacen lo que les decimos” en materia de seguridad fronteriza. Sheinbaum minimizó las palabras de Trump al atribuirlas a su “forma de hablar”, pero enfatizó que “el único que manda en México es el pueblo”, buscando reafirmar la soberanía nacional.
Sin embargo, su respuesta ha generado críticas por justificar el tono del mandatario estadounidense en lugar de confrontar directamente la narrativa intervencionista.
En la conferencia, realizada desde Chetumal, Sheinbaum señaló: “El presidente Trump tiene una forma de hablar, pero como lo dije ayer, el único que manda en México es el pueblo. Así de sencillo y así de importante”.
Esta declaración se dio en respuesta a los dichos de Trump, pronunciados el jueves desde la Oficina Oval, donde afirmó que México y Canadá obedecen las directrices de su administración, particularmente en el control migratorio, y que las fronteras de ambos países “eran horribles” antes de sus políticas.
La justificación de Sheinbaum, al calificar las palabras de Trump como parte de su estilo retórico, ha sido interpretada por críticos como una respuesta tibia que evita cuestionar de fondo la postura del presidente estadounidense. Si bien Sheinbaum subrayó la autodeterminación de México y rechazó cualquier forma de intervencionismo, su decisión de contextualizar los dichos de Trump como una mera peculiaridad ha levantado cuestionamientos sobre la firmeza de su postura frente a una narrativa que pone en entredicho la soberanía mexicana.
Además, la presidenta destacó que la cooperación con Estados Unidos se da bajo un marco de respeto mutuo y coordinación, pero insistió en que México actúa por decisión propia, como en el caso del sobrevuelo de un dron estadounidense solicitado por su gobierno para una investigación especial.
“Se colabora, se coordina, hay instancias internacionales para resolver conflictos, pero nunca el intervencionismo”, afirmó. No obstante, esta aclaración no aborda directamente la percepción de subordinación que las palabras de Trump intentan proyectar, lo que ha generado críticas por no contrarrestar con mayor contundencia la retórica del mandatario estadounidense.
La presidenta al no cuestionar explícitamente la idea de que México “hace lo que le decimos”, su mensaje podría ser visto como insuficiente para desmontar la narrativa de Trump, especialmente en un momento en que la cooperación bilateral en temas de migración y seguridad está bajo escrutinio.
Mientras Sheinbaum busca proyectar una imagen de soberanía y unidad nacional, su enfoque de justificar el estilo de Trump en lugar de confrontarlo directamente podría debilitar la percepción de una postura firme frente a declaraciones que desafían la autonomía de México.
La estrategia de Sheinbaum de restar importancia a las palabras de Trump como parte de su “forma de hablar” podría interpretarse como un intento de evitar una escalada diplomática, pero también como una omisión que deja espacio para que la narrativa de subordinación persista.
En un contexto donde la retórica de Trump busca proyectar dominio, una respuesta más enérgica habría reforzado la postura de México como un actor soberano en la región.
La insistencia en la soberanía del pueblo mexicano es un mensaje poderoso, pero su impacto se diluye al no desmentir directamente la idea de que México actúa bajo órdenes de Estados Unidos, especialmente cuando decisiones como la entrega de narcotraficantes o el uso de drones estadounidenses podrían alimentar percepciones de dependencia.
