
Construir la paz como compromiso social y personal, fue el mensaje durante la Misa de Despedida de la Virgen de Zapopan en eucaristía encabezada por el Monseñor Engelberto Polino Sánchez quien invitó a los presentes a emular tres gestos clave de la Virgen María «levantarse», «caminar presurosa» y «saludar».
Miles de fieles abarrotaron la Catedral Metropolitana de Guadalajara este domingo para la tradicional Misa de Despedida de la Virgen de Zapopan, «La Generala», presidida por Monseñor Engelberto Polino Sánchez, obispo electo de la Diócesis de Tepic.
La ceremonia, que reunió a una multitud que desbordó el templo y se extendió a las calles aledañas, marcó el inicio del emotivo recorrido anual de la imagen mariana hacia su Basílica en Zapopan, en un acto de fe que se espera supere los dos millones de participantes.
Durante la homilía, Monseñor Polino Sánchez centró su mensaje en la construcción de la paz como un compromiso personal y colectivo, enfatizando que «la paz se construye desde nosotros mismos» mediante acciones cotidianas.
Inspirado en el ejemplo de la Virgen María, invitó a los presentes a emular tres gestos clave: «levantarse», «caminar presurosa» y «saludar».
«La paz que tanto anhelamos inicia con un saludo. Necesitamos avanzar», subrayó el prelado, recordando la necesidad urgente de reconciliación en un México marcado por la violencia y la división.
Su intervención, cargada de emotividad, resonó entre los peregrinos que, a pesar del frío matutino y el sereno, aguardaban con devoción el momento de la salida.
La eucaristía, que concluyó alrededor de las 06:00 horas, dio paso a la caminata procesional de la Virgen de Zapopan quien abordo de su calandria eléctrica de color blanco con vivos en dorado y adornada con flores frescas, emprende su camino de regreso a casa.
La Virgen de Zapopan no va sola, pues está siempre acompañada por la banda de guerra, grupos de danzantes y una marea humana de creyentes que se espera este año supere los 2.5 millones de fieles católicos.
El trayecto, de poco más de nueve kilómetros, se extenderá por las principales avenidas de Guadalajara hasta llegar a la Basílica de Nuestra Señora de Zapopan, donde la imagen regresará a su altar principal.
Autoridades locales, como las presidentes municipales de Guadalajara y Zapopan, Verónica Delgadillo y Juan José Frangie, supervisaron los operativos de seguridad y logística para garantizar un flujo ordenado.
Monseñor Engelberto Polino Sánchez, originario de Teuchitlán, Jalisco, asumió recientemente el cargo de obispo de Tepic tras su nombramiento por el Papa León XIV el 28 de agosto de 2025, en sucesión de Monseñor Luis Artemio Flores Calzada.
Anteriormente, sirvió como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Guadalajara desde 2018, donde impulsó iniciativas pastorales como la Casa de Misericordia en la parroquia de San Bernardo.
Su participación en la Romería 2025, una de las tradiciones religiosas más emblemáticas de Jalisco con más de 300 años de antigüedad, representa un puente entre su legado en Guadalajara y su nuevo ministerio en Nayarit, que incluye parroquias en municipios como Puerto Vallarta y Talpa de Allende.
La Romería de la Virgen de Zapopan, que conmemora el fin de epidemias en el siglo XVIII, es un símbolo de unidad y esperanza para la región.
La llegada de «La Generala» a su basílica culminará con una misa de bienvenida, cerrando un ciclo de devoción que renueva el compromiso de los jaliscienses con la paz y la misericordia.
