Morena y el retroceso democrático en México - ZMG Noticias

Morena y el retroceso democrático en México, teniendo como excusa una Reforma Electoral «a modo» la 4T crea comisión con siete integrantes de Morena, sin diálogo, por lo que salta una duda ¿Se puede llamar democracia cuando un solo partido es quien toma las decisiones? MORENA se convirtió en lo que siempre crítico y juro destruir

 

México asiste, una vez más, al montaje de un espectáculo que, bajo el disfraz de la «reforma», amenaza con desmantelar los cimientos de su democracia. La reciente conformación de la Comisión para la Reforma Electoral, anunciada con bombo y platillo, no es más que una farsa orquestada por Morena para consolidar su control sobre las instituciones democráticas. Con siete de sus propios integrantes de la 4T al frente de esta comisión, el partido en el poder no solo excluye cualquier posibilidad de diálogo genuino, sino que reduce a académicos y al Instituto Nacional Electoral a meros espectadores, con voz pero sin voto.

Este acto no es una reforma; es un golpe calculado contra la pluralidad y la autonomía institucional. Y es que no puede llamarse democracia a un sistema donde un solo partido decide el rumbo de las instituciones electorales.

La democracia, por definición, requiere equilibrios, contrapesos y diálogo entre fuerzas diversas. Sin embargo, Morena, en su afán de perpetuarse en el poder, ha optado por el camino de la imposición.

Al integrar una comisión dominada exclusivamente por sus simpatizantes, el partido no solo traiciona los principios de imparcialidad, sino que repite las prácticas que, en su momento, tanto criticó de los gobiernos priistas y panistas.

La ironía es lacerante: quienes se jactaban de ser la voz del pueblo ahora silencian cualquier voz que no sea la suya. El INE, si bien no ha sido perfecto, también es cierto que es quien le confirmó el triunfo a AMLO en el 2018.

Esta exclusión no es casual; es una estrategia deliberada para neutralizar cualquier oposición y garantizar que las decisiones finales sirvan a los intereses de Morena.

El retroceso es evidente. México, que apenas hace unas décadas conquistó un sistema electoral autónomo y confiable, ahora enfrenta el riesgo de volver a un modelo donde el árbitro electoral responde al partido en el poder. Esta reforma es un paso hacia la centralización del poder, un ataque directo a la pluralidad que define a una democracia sana.

Morena debe entender que el poder no es un cheque en blanco, y que la historia no perdona a quienes traicionan los ideales que prometieron defender.

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