Las opciones que tendrán los mexicanos para elegir a sus futuros gobernantes al parecer van a dejar mucho que desear en el 2024.
Siempre se ha dicho, México es un país extraordinario, en su territorio de pueden encontrar todo tipo de ecosistemas, bosques, playas, desiertos, selvas, tiene una historia y cultura como pocas en el mundo, gastronomía declarada Patrimonio Cultural por la UNESCO y recursos naturales para que sus 120 millones de habitantes no tuvieran que sufrir hambre o carestía.
El gran problema de México siempre han sido sus gobiernos y su clase política, mientras la gran mayoría de los mexicanos son personas honestas y trabajadoras, en las cúpulas del poder se mueve lo peor que tiene este país, seres que se han dedicado a saquear a las arcas públicas, a vivir del presupuesto sin trabajar, a proteger a los delincuentes y a fortalecer un sistema podrido a conveniencia.
Se acerca el proceso electoral del 2024 en el que los mexicanos elegiremos desde los presidentes municipales, diputados, senadores, en estados como Jalisco gobernador y al nuevo presidente de la República, que ahora todo apuntaría a que será presidenta de México.
Con el drama telenovelesco protagonizado por los integrantes del partido Movimiento de Regeneración Nacional y sus corcholatas la tarde – noche del miércoles donde anunciaron que la ganadora de las encuestas en su proceso interno fue la ex jefa de gobierno Claudia Sheinbaum quedó de nueva cuenta en evidencia que pese al paso de los años las viejas prácticas siguen vigentes.
Y no se trata de defender al ahora desencantado Marcelo Ebrard quien señaló serias irregularidades en el proceso interno para después anunciar que se salía y luego anunciar que sí o sí estará en la boleta para presidente, lo que quiere decir que ya se está acercando a otros partidos, sino que a veces parece que tenemos una memoria muy corta y no recordamos que cada seis años vemos el mismo melodrama de un presidente que impone a su sucesor, en este caso sucesora.
Las personas mayores de 50 años hablan de los terribles gobiernos de presidentes del PRI como Echeverría o Díaz Ordaz, a quienes incluso señalan como asesinos, mientras que las generaciones más jóvenes recuerdan la transición hacia en PAN con Vicente Fox, el sexenio violento de Calderón, el regreso del PRI con Peña Nieto, y ahora con Morena, el eterno candidato Andrés Manel López Obrador.
Con estos nombres vergonzosos a veces nos preguntamos qué nos pasaba por la cabeza cuando le dimos nuestro voto a estos personajes que tanto daño le han hecho a nuestro hermoso país, que lo han sumido en la injusticia, inseguridad, violencia, corrupción, pobreza, inequidad, falta de oportunidades y sumisión ante Estados Unidos.
Con Xóchitl Gálvez en el Frente Amplio por México y Marcelo Ebrard que pudiera ser independiente, coquetear con el Frente o hasta con Movimiento Ciudadano, además de los independientes, Ulises Ruíz y el artista Eduardo Verástegui, al parecer, de nueva cuenta, tendremos una boleta electoral impresentable para la presidencia de la República en el 2024, en conclusión México está muy lejos de alcanzar la democracia que se merece.