La mediocridad intelectual en las campañas políticas
Ya vamos empezar con las ocurrencias y mediocridades de nuestros nuevos y viejos políticos, la caballada se ve flaca, comenzaron barriendo, si barriendo.
Una campaña política exitosa debe estar basada en un proceso estratégico dentro del cual se defina una estrategia que marque claramente el terreno en el cual vamos a competir y las distintas tácticas que debemos implementar para diferentes objetivos.
Pero cuando la estrategia se basa en tomarse fotos con una escoba y fingir que se barre para “exigir” una Guadalajara más limpia y usando el aniversario como pretexto para publicarlo, pues así solo se exhibe la poca creatividad y una mediocridad intelectual.
Diana González, presidenta del PAN en Jalisco y la que será la candidata del Frente y Corazon por Jalisco a la alcaldía de Guadalajara junto a varios panistas, léase trabajadores del Comité Estatal, y un desgastado Miguel Monraz se juntaron para barrer el palacio municipal y exigir una Guadalajara más limpia.
Dicha estrategia en lugar de hacer sentir empatía ha provocado burlas por decir lo menos, entre críticas a la estrategia poco creativa y con un mensaje bastante débil.
La palabra “estrategia” se deriva de un vocablo griego que originalmente estaba relacionado con la guerra y deben de ser fuerzas impulsoras básicas que superen las debilidades del candidato y a la vez satisfagan las expectativas de los ciudadanos.
En campañas políticas dónde se juega el futuro de un municipio, estado y país es muy delicado saber el mensaje que vamos a dar a los votantes, pues prácticamente todas nuestras actividades, desde el vestirnos, tono de voz y demás tiene que ver con la forma de emitir mensajes políticos.
Los próximos mensajes deben ser más poderosos, que muestren ideas fuerza como antes lo sabían hacer bien los políticos azules tradicionalistas y que hoy ya están en peligro de extinción.
Por cierto, los trabajadores de limpieza del Ayuntamiento les mandan decir que esconder la basura abajo de las macetas no es barrer muy bien que digamos.